Dejo acá este ensayo que escribí recientemente en inglés para un libro colectivo cuyo hilo conductor trata el fenómeno hikikomori. En el ensayo original uso el término "weeaboo" (una persona no-japonesa obsesionada con la cultura de Japón), que mantengo en el título pero sustituyo por "otaku" en el texto para adaptarlo mejor a la idiosincrasia de la cultura friki española. El ensayo toca temas comunes a los del fanzine del futuro con el que me comunico taquiónicamente─"Ultrafrikismo"─y seguramente reciclaré fragmentos más adelante.
Sin más, espero que lo disfrutéis taquiónica, foltrónica y ortogonalmente.
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Neon Genesis Weeaboongelion Z
versión 1.2
(nota: recomiendo cierta familiaridad con los animes "Bola de Dragón" y "Neon Genesis Evangelion" para leer este ensayo. He añadido al final un glosario con las onomatopeyas japonesas y algunas expresiones que he utilizado para los no iniciados en el lingo otaku).
Cuando Siratoriさん hizo una convocatoria para reunir textos para un libro de ensayos titulado: "A Limit Breaking Manual for NEETs and Hikikomori" ("Manual para la ruptura de límites para ninis e hikikomoris") me dieron ganas de participar y, dada la ceguera que he arrastrado durante toda mi vida ante expresiones coloquiales o de argot, me puse inmediatamente a buscar el significado de "limit breaking". Le pregunté a Siratoriさん si daba a dicha expresión el mismo significado que arroja la definición de urbandictionary.com:
cuando alguien entra en un estado de locura y gran agresividad, frecuentemente debido a la rabia, y que utiliza para derrotar a enemigos (o amigos) de gran fortaleza. La expresión deriva de los ataques especiales de Final Fantasy.
Siratoriさん mantuvo la ambigüedad en su respuesta, por lo que entenderé dicha expresión con esta connotación berserker porque, sabéis, durante toda mi vida siempre he querido experimentar algo similar: no me refiero exclusivamente al aspecto guerrero─aunque estaría guay─sino más bien a un sentido existencial. Quizás esta otra definición en urbandictionary.com captura mejor lo que quiero expresar:
una emanación de energía poderosa que sientes en momentos de urgencia extrema. Nunca sucede en la vida real.
El corolario de esta definición─«nunca sucede en la vida real»─me recuerda una conversación que tuve con el joven encargado de la pensión en la que pasé la noche durante mi visita a Tokyo-3, うへっ, quiero decir Hakone. Le pregunté en plan otaku y sin el menor rubor si pensaba que algún día Japón conseguiría fabricar mechas funcionales. Me respondió que «estaría guay, sí, pero sabes: tengo un trabajo y tal». ね.
Pasó a relatarme entonces la historia de un alocado compatriota español al cual alojó hacía algún tiempo, quien recorrió obsesivamente todo el territorio de Tokyo-3/Hakone haciéndose selfies en los lugares exactos representados en el anime de "Neon Genesis Evangelion". ¿Tenía que ver este comportamiento con la neurosis de un zumbado? ¿O quizás estuviese poseído por el espíritu de un legendario tertón otaku aún por encarnar en este plano obligándole a ejecutar inconscientemente un ritual psicogeográfico supraconsciente que establecería un enlace hipersticioso con el egregor NERV?
Sip. «God's in his heaven. All's right with the world».
Estaría guay, sí. Pero yo también tengo un trabajo.
Y estoy harto de él.
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Estando inserto entonces en el mundo laboral: ¿califico para escribir un "manual para ninis e hikikomoris"? Sospecho que no, pero quizás comparta con estos grupos cierta sensibilidad que podría resultarles de interés. Pasé un tiempo de mi juventud como un nini holgazán, atrapado en mis neurosis post-traumáticas y paralizado en el seno de una escena juvenil bohemia y contracultural animada por el cannabis. Supongo que todo formaba parte de un plan frustrado de abertura al mundo y a las experiencias por parte del típico friki retraído de infancia y juventud solitarias.
Más allá de algunos aprendizajes que atesoro como oro aquella época resultó, supongo, bastante destructiva para mí. Admito que me ayudó a superarla, en parte, mi pertenencia a la clase media. También mi implicación en la práctica del kung fu, la cual emprendí con la esperanza de convertirme en un supersaiyajin y que acabó enseñándome que el sentimiento de inadecuación que me hizo identificarme desde mi adolescencia con Shinji Ikari me va a acompañar hasta la muerte.
ぐーたら! Después de estudiar zen uno vuelve a ver las montañas como montañas ─y a los frikis como frikis, supongo. Incluso tras haber logrado parcialmente cierta funcionalidad dentro de la sociedad me considero un hikikomori en lo más profundo de mi corazón. Aparte del trabajo socializo únicamente el en dojo, en donde me ven como una especie de Danger Barch─el personaje de Million Dollar Baby─con calvicie incipiente y olor a esmegma reseca. Me temo que no encontraréis a un Mishima aquí. ぴえん. El resto de mi tiempo me comporto como un otaku, enclaustrado en mi casa enganchado a los videjuegos de Nintendo y a la lectura de cosas raras en Internet, satisfaciendo mis necesidades mamíferas de apego con la ayuda de mi adorable gato. にゃ.
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La única vez que sentí una sensación de "ruptura de límites" fue cuando emprendí─por recomendación del pirao de turno de Internet─una práctica regular de meditación de kung fu interno. En esa época practicaba la meditación de la órbita microcósmica media hora al levantarme y media hora antes de dormir.
Un día, mientras dormía, sentí una explosión de energía en mi vientre─hara en terminología nipona─la cual hacía que mis piernas temblasen descontroladamente. Sentí entonces una especie de genki-dama ardiendo en mi bajo vientre y la necesidad de ponerme a cuatro patas y aullarle a la luna. Empecé a follarme la almohada como haría un perro. Lloré. Gruñí. Rugí. Jadeé. Me convertí en el EVA-01 en modo berserker.
Durante algún tiempo creí que había aprendido el kaio-ken o algo, pero años más tarde al estudiar con algo más de profundidad la medicina china leí que ese tipo de violentos estallidos energéticos realmente reflejan un estado severo de desequilibrio del flujo de ki─en otras palabras: un signo de enfermedad. Por ejemplo Wilhelm Reich comentó que este entumecimiento de pelvis y vientre conforma una estructura psicosomática patológica dominante en occidente.
En otra ocasión tomé LSD y experimenté a mi mente conectada con la de mi madre, la cual a su vez conectaba simultaneamente con la de su propia madre─mi abuela, la cual a su vez conectaba con el resto del linaje femenino, en una especie de madeja fractal uterina.
Me parecía muy extraño que esta conexión estuviese de hecho anclada y emanase de mi hara, pero enseguida pensé que podría tenía todo el sentido del mundo dado que esta zona del cuerpo del embrión humano recibe las primeras señales nerviosas del mundo externo─a través del cordón umbilical de la madre. También existen investigaciones que muestran que los estados psicodélicos activan las zonas inferiores del cerebro, las primeras también en formarse dentro del útero. Stanislav Grof construyó su modelo de psicología humana asociándolo a las huellas que dejan en la psique humana las etapas del proceso prenatal y natal─las matrices perinatales─tras años obervando a miles de personas tomar LSD en un contexto terapéutico.
Recuerdo que en "Hara: centro vital del hombre" Dürckheim argumentaba que los pilares de la cultura japonesa reposan sobre la sabiduiría del hara, y pienso de nuevo en la escena del EVA-01 entrando en modo berserker, revelando que el mecha tiene realmente un cuerpo biológico bajo la armadura (en contra de lo que el género comúnmente entiende como un artefacto mecánico). En palabras de Fosco Maraini una de las principales diferencias entre los mitos de creación occidentales y los sintoístas reside en que la naturaleza no la ha "hecho" o creado nadie, sino que más bien viene engendrada por los kami.
Así que en la icónica escena de "ruptura de límite" tenemos a Shinji Ikari flotando indefenso dentro de un uterino entry-plug relleno de un líquido LCL cuasi amniótico, mientras el EVA-01─el cual como sabremos más tarde en la serie contiene el alma de la madre de Shinji─toma el control de la situación. Y entonces me pregunto, haciendo una analogía con mi viaje de LSD descrito anteriormente: si el cordón umbilical psíquico retrocediera lo suficiente en el tiempo, ¿encontraríamos al final del mismo a algún kami?
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Quisiera hablar de mi personal Segundo Impacto, pero antes contaré el primero. Durante mis años de escuela existía por supuesto fiebre por el anime de "Bola de Dragón", el cual funcionaba como la religión no oficial del patio del colegio─generaba más pasión, devoción y asombro que nuestras propias figuras religiosas. Así que cuando Son Goku estaba a punto de ascender al palacio de Kami-sama por primera vez yo me encontraba cercano al del estremecimiento religioso: ¡estaba a punto de ver a Dios! (usaron literalmente la palabra "Dios" en el doblaje al valenciano).
Ahora sé que la palabra "kami" no tiene exactamente las mismas connotaciones que la palabra "Dios" (con D mayúscula): no remite necesariamente a deidades personificadas y no podemos saber su número gramatical si no la leemos dentro de un contexto. Por lo tanto puede significar algo diferente al soberano omnipotente y omnisciente de nuestra cultura monoteista.
Como iba diciendo estaba sumido en el asombro mientras Son Goku ascendía al palacio del cielo usando su bastón mágico, pero cuando conoció a Kami-sama sentí una gran confusión: en vez del anciano de barba blanca sentado en un trono celestial de mis expectativas culturales me dí de bruces allí con un humanoide verde con antenas. Hasta aquel momento había creído─más o menos─en lo que los sacerdotes me habían enseñado en clase de religión. Sentí una especie de conmoción y mi mundo se volvió del revés: por primera vez un símbolo cultural sólido había "glitcheado" en mi mente.
Y después de Dios vinieron los ángeles. En España estrenaron el anime de "Neon Genesis Evangelion" durante mi adolescencia. Me impresionó la calidad de la animación y especialmente la de las peleas de los robots de los protagonistas con aquellas extrañas criaturas llamadas Ángeles, que venían de no sabemos bien donde. Tenga en cuenta el lector que, aunque el anime original llama a estas criaturas 使徒 (apóstoles), la traducción española los llamaba específicamente "ángeles" (天使) siguiendo la traducción inglesa, la cual realizaron a su vez siguiendo las intrucciones de los creadores originales. En "La importancia de vivir" Lin Yutang dice que
estamos del todo perdidos cuando queremos imaginar cómo será la vida de los ángeles. O damos a los ángeles un cuerpo y una forma como los nuestros—salvo el par de alas—o no se los damos. Es interesante que el concepto general de un ángel sea todavía el de un cuerpo humano con un par de alas.
Así que de nuevo esta concepción general o símbolo "glitcheó" en mi mente al ver a estos extraños e inhumanos ángeles, que explotaban formando explosiones con la forma de la cruz cristiana. Esta vez experimenté esta sensación de extrañamiento de forma más suave: por aquel entonces yo ya había pasado por la obligatoria crisis de fe de la modernidad y me consideraba ateo. Leí pues aquello como un rechazo al colonialismo occidental y pasé a otra cosa.
Pero muchos años después─de hecho hace relativamente poco─experimenté mi Segundo Impacto.
Tras cerca de dos décadas intentando mantenerme a flote en el maelstrom de la alta extrañeza psicodélica─con sus toques de nueva era y su orientalismo naif─he abierto mi perspectiva lo suficiente como para acomodar en ella visiones más coloridas de la realidad. Así que estaba navegando en la red y me encontré con el trabajo de Jonas Pfeiffer, un artista alemán que representa a los ángeles siguiendo las descripciones exactas de la Biblia. Y estas misteriosas representaciones me recordaron de inmediato a los Ángeles de Evangelion.
Ahí estalló en mi interior el Segundo Impacto: ¿podría una serie de anime de mi adolescencia estar dando una imagen más precisa de los seres a los que mi cultura ha prestado devoción durante siglos? ¿No resulta increíble? En su "Belleza neurótica: Un extranjero observa Japón" Morris Berman ofrece una posible explicación:
Lafcadio Hearm fue uno de los primeros en sugerir que la flexibilidad de la cultura japonesa─su habilidad para abrir sus costumbres y oficios a la tendencia utilitarista de la tecnología occidental─era la paradójica base de su naturaleza inmutable. «Cada muestra de innovación occidental», escribió en un ensayo titulado "Mi primer día en oriente", «es situado en un marco oriental que parece adaptable a cualquier imagen». La cultura japonesa, concluyó, es capaz de absorber y contener el poder de occidente.
¿Podría entonces estar esta habilidad japonesa para absorber y contener nuestra cultura devolviéndonos una percepción refinada de nuestros mitos fundacionales? Uno de mis profesores de japonés, quien cuenta con una dilatada y estrecha relación con esferas de alto estatus de dicho país, nos habló en una de sus clases de esta misma característica: la maestría del pueblo japonés de tomar cualquier elemento de una cultura extranjera─él ponía como ejemplo los croissants franceses─ y devolver una versión mejorada de la misma.
Entonces, si pueden hacerlo con croissants: ¿podrían hacerlo con imaginería religiosa?
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Uniendo ambas lecturas mencionadas antes sobre los Ángeles (la atea y la gnóstica): ¿de dónde surgen estos ángeles colonialistas? Según Paco Nathan Xander hay un solapamiento entre la génesis de las corporaciones transnacionales y la magia de la Inglaterra isabelina:
para sus planes de arquitectura con el fin de construir una red de negocios basada en el intercambio comercial y la colonización, esto es, a través de un proceso de globalización (...) los isabelinos emplearon el conocimiento tanto lógico como intuitivo o irracional del mundo, creando una forma ajustada a los fines que perseguían. Leído a través de los siglos, nuestro proceso legal de constitución implica la creación de una "persona legal", una ficción que sirve como mecanismo representante de sus dueños. Argumentablemente la creación de esta forma funciona de forma análoga a la creación de servidores [mágicos], los cuales dan forma material a una esencia. El sigilo correspondería al logo y a la marca, y el acta constitutiva simbolizaría la esencia daemónica.
¿Podrían tener algo que ver estas esencias con los ángeles enoquianos que John Dee y Edward Kelly andaban invocando por aquel entonces?
¿Y quién hay detrás de SELEE? De nuevo aparece extraño simbolismo relacionado con el mundo real. En el anime los miembros de SELEE, los cuales aparecen representados como monolitos parlantes, ejercen control desde las sombras sobre las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas del mundo real parecen tener también cierto fetiche con los monolitos: su Edificio de Secretaría comparte las proporciones del famoso monolito negro de "2001: Odisea en el Espacio" de Stanley Kubrick y tienen otro dentro de su Sala de Meditación.
En círculos conspiranoicos ha habido cierta especulación acerca de estos símbolos como parte de supuestas operaciones mágicas por parte de grupos que operarían a nivel global, pero esto excede el foco de este ensayo. Como breve ejemplo podríamos mencionar la presencia de otro monolito a lo 2001 de Kubrick enmedio de la zona de desastre del 11S─el hotel Hilton─dado que también hay quien especula que este suceso forma parte de un ritual de masas global como método de ingeniería social.
Mientras que como ya he mencionado escribo este último párrafo sabiendo que contiene un alto grado de especulación─¡o incluso pura disociación escapista hacia la fantasía!─, el SELEE del mundo real ha hecho explícitos otra clase de planes de ingeniería para el futuro de la humanidad. Considere el lector por ejemplo el clásico ensayo de Drew Hempel "El Plan para la Verdadera Matrix", en donde traza la intención de think-tanks relacionados con las Naciones Unidas de aplicar "radio-eugenesia" a escala global para forzar la evolución de la humanidad hacia un "nuevo sensorium mundial"─un estado «para alcanzar no sólo una realidad en una dimensión superior sino para emplear la energía del punto cero».
¿No suena esto a algo similar al Proyecto de Instrumentación Humano que aparecía en "Evangelion"? Bueno, ciertamente a mí sí me lo parece ...
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Pero, lo siento, estoy divagando. ¿No tenía que escribir un manual?
Bueno etimológicamente manual viene del latin "manualis", que significa "trabajo manual". Así que, honestamente, el estar yo aquí tecleando y reorganizando una serie de palabras en mi ordenador portátil me parece una actividad manual bastante pobre. Habiendo tenido como hobby la creación amateur de manga tengo cierta comprensión acerca de la tensión entre el proceso de dibujo y el proceso de escritura. Y aunque obviamente sin una buena historia un manga no funciona bien, cualitativamente uno siente ambas actividades de forma muy diferenciada.
Usando la clasificación de David Goodhart en su “Head, Hand, Heart: The Struggle for Dignity and Status in the 21st Century”, personalmente siento la escritura mucho más pesada y localizada en la región de la cabeza, mientras que el dibujo cae más en el espacio de la mano-corazón. Por supuesto ambas actividadas las procesa el cerebro, pero en el espacio mano-corazón hay una cualidad de enraizamiento (o desarrollo del hara si uno lo prefiere) que siento menos presente en la escritura. Hay mucha literatura sobre el efecto de calmar el estrés de la terapia artística, y pienso que esto tiene una ruta directa al cerebro: este estado de relajación inducida reduce el ritmo del corazón y a su vez éste reduce la frecuencia de las ondas cerebrales ─el HearthMath Institute ha descrito este mecanismo como coherencia corazón-cerebro.
Parafraseando a Goodhart
Gran Bretaña y Estados Unidos en particular sufren de una condición social que [Goodhart] describe como "apogeo de la cabeza", en el cual los logros cognitivos actúan como un mecanismo de ordenamiento en una supuesta meritocracia. Por el camino han devaluado las destrezas prácticas y técnicas (mano) y las habilidades sociales y empáticas (corazón), alienando y desmoralizando así a las personas que llevan a cabo los trabajos que las requieren.
En mi caso la estética de la cultura pop japonesa─vale, financiada por el gobierno japonés como herramienta de influencia para ejercer el poder blando─capturó mi atención antes que otros aspectos de la cultura. Sí: las historias de anime siempre me parecieron magníficas y mucho más sofisticadas espiritual y filosoficamente que las de los dibujos animados occidentales, pero mordí el anzuelo en primer lugar por las imágenes y la animación─el proverbial «una imagen vale más que mil palabras». ¿Hubiera perseverado en la meditación de la órbita microcósmica si no hubiese visto a Son Goku trabajar su ki durante su infancia? Posiblemente no.
En el libro mencionado anteriormente Morris Berman establece un paralelo entre la concienzuda "ética de la artesanía" japonesa y el pensamiento pre-axial que en su opinión subyace al país. El término "era axial" lo acuñó el filósofo alemán Karl Jaspers y, según la wikipedia inglesa
alude a una serie de cambios amplios en el pensamiento religioso y filosófico que ocurrieron en una gran variedad de lugares del mundo entre los siglos VII y III a.C. De acuerdo con Jaspers, durante este periodo modos de pensamiento universalizantes aparecieron en Persia, India, China, el Levante y el mundo grecorromano en un soprendente desarrollo paralelo sin una mezcla obvia entre estas culturas dispares.
Filósofos como Max Ostrovsky han llegado a considerar el anillo de civilizaciones axiales como el embrión del actual Norte Global, aunque está claro que existe un amplio y complejo debate académico sobre la misma existencia de dicha era axial. Pero bueno, dejadme seguir con la versión simplificada, ¿vale? ES MI ENSAYO OTAKU, ¿¿VALE?? イライラ.
Este menosprecio por el artesano conforma de hecho un pivote de la cultura occidental. Uno de sus padres, Platón, puso a los artesanos en la parte más baja de la jerarquía de sus sistema político─estando los contemplativos y racionales reyes filósofos en la cima de la misma, en donde personifican la virtud de la sabiduría y esto les daba derecho a gobernar sobre el resto de las clases sociales.
Lo que me lleva a la parte de los hikikomori.
La famosa alegoría de la caverna de Platón implica un movimiento desde la oscuridad de lo subterráneo─y su modo cognitivo asociado─hacia la superficie, en donde el prisionero recién liberado podrá percibir la forma verdadera de los objetos a través de la razón. ¿No hace el hikikomori el movimiento contrario? En su rechazo al orden social construido alrededor de la sensibilidad del "apogeo de la cabeza", vuelve a la oscuridad subterránea para perderse en la cultura otaku.
Veo el hacerle la peineta a la carrera de la rata como motivo suficiente para encerrarse a uno mismo en una cueva-habitación, pero creo que hay algo más sucediendo de fondo y que puede estar relacionando con el estilo cognitivo asociado a la escena otaku. Como Casey Brienza argumenta:
La definición de otaku varía pero típicamente la entendemos como un fanático de la cultura popular, especialmente del anime y del manga (...) caracterizado por su devoción apasionada a los objetos de afecto de su fandom y una proporcional ausencia de gracia social. El otaku, en pocas palabras, es un personaje sospechoso: socialmente torpe que está más a gusto entre dibujos animados en dos dimensiones que entre personas reales de tres dimensiones. Pero, ¿eso es todo lo que es? Simplemente ajustando un poco la propia perspectiva en este lugar común es bastante fácil argumentar que el otaku es de hecho un animista, inviertiendo una devoción de proporciones genuinamente espirituales a los objetos de los diferentes fandoms de la cultura popular. Así, en vez de venerar a la luna que crece y decrece en los cielos, reverencia a Sailor Moon a la que contempla en perpetuas reposiciones en TV. En vez de poner totems sagrados alrededor de su casa colecciona y muestra sus figuras de acción favoritas. En vez de escuchar sermones sobre la sacralidad de la naturaleza ve películas de Hayao Miyazaki.
Creo que podríamos situar este tipo de personalidad socialmente torpe y que prefiere los objetos sobre las personas dentro del espectro autista. De nuevo esto excede el foco de este ensayo, pero diría que dentro de este subgrupo de población neurodivergente podemos encontrar latente cierto tipo de energía psíquica─no me refiero necesariamente a PES o Percepción Extrasensorial, aunque tampoco la descarto. He aquí un indicio para los mahō shōnen & shōjo: por supuesto no toda persona autista tiene habilidades de savant, pero la vasta mayoría de los savants están dentro del espectro autista.
Además: ¿no podríamos entender el amor por los objetos como algo característico de todo artesano?
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Volviendo a las matrices perinatales de Stanislav Grof el psiquiatra tiene un ensayo muy interesante en el que vincula la imaginería escatológica y sofocante del artista H.R.Giger con su turbulento nacimiento─tuvieron que usar fórceps durante su parto. De un modo similar, ¿podría reflejar la alegoría de la caverna de Platón un proceso de nacimiento? Podríamos entender el fondo de la cueva como el útero y el ascenso al exterior como el canal del parto. Desde ese punto de vista, Platón caracteriza ambas partes con connotaciones negativas, quizás reflejando una gestación o un parto dificultoso ─«un sendero áspero y escarpado hasta la claridad del sol», dice Socrates en el texto original.
¿Sueñan los bebés aún por nacer dentro del útero? Podríamos contemplar la posibilidad dado que hemos detectado movimientos oculares rápidos (REM por sus siglas en inglés) en fetos alrededor de 28 a 30 semanas tras la concepción, pero tampoco podemos asegurarlo dado que no podemos leer la mente del feto. La idea de la gestación como un estado psicodélico, con el útero funcionando como un tanque de aislamiento─à la John Lilly─natural que conectaría al feto con su entorno inmediato a la vez que con información espaciotemporal remota de forma no-local me resulta una idea muy sugerente (y obviamente especulativa).
Pero, volviendo a la inversión de la dirección del movimiento en el mito de la caverna de Platón por parte de nuestro hikikomori: ¿podría alcanzar el sol de la sabiduría sin salir de la misma?
Mantak Chia escribe acerca de esto en su libreto "Darkness technology":
Todas las tradiciones espirituales han usado [Técnicas de la Habitación Oscura] en su búsqueda de la iluminación. En Europa, la habitación oscura aparece a menudo en forma de redes de túneles subterráneos; en Egipto como las Pirámides; en Roma como las catacumbas y cerca del Mar Muerto de Israel como las cuevas de los Esenios. En la tradición taoísta las cuevas han sido usadas a lo largo de los tiempos para prácticas de alto nivel. En el Tao la cueva, la Montaña Inmortal o Wu San representa la Perfecta Cámara de Alquimia Interna. La meditación y el ayuno dentro de la cueva es el destino final del trabajo espiritual (...) En la Oscuridad nuestra mente y nuestra alma empiezan a deambular libremente en los vastos reinos de la experiencia psíquica y espiritual. Cuando uno entra en este estado primordial o fuerza uno se reúne con el verdadero sí-mismo y la divinidad interna. Literalmente uno conduce la energía universal. Quizás uno vea en el pasado o el futuro, entienda el verdadero sentido de la existencia y empiece a entender el orden de las cosas. Uno vuelve al útero ─el capullo de nuestra estructura material y la oscuridad original de la Naturaleza.
Y entonces propone una vía metabólica en la que el cerebro se ve inundado por químicos psicoactivos en respuesta a la oscuridad, lo cual culmina en la secreción de DMT endógeno.
¿Estaría nuestro hikikomori intentando conectar con este estrato, solifidicado en la subcultura otaku? ¿Está en el fondo de la caverna de Platón obsesionandose con los objetos que aparecen proyectados sobre su poco entrenada e inexperta imaginación como fragmentos de una realidad más amplia capturados como sombras en estados oníricos? ¿Podría estar ejerciendo un acto de resistencia con su seclusión?
O estaría (¡junto con este ensayo al completo!) llevando a cabo un triste y desafortunado movimiento hacia fantasías disociativas escapistas?
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Brienza llega a esta misma conclusión: «mientras que una nueva marca de animismo goza de buena salud en Japón, dado que son dioses del consumismo no serán recursos particularmente efectivos para el cambio social o político».
También Berman, hablando acerca de la cultura otaku señala que
[en el proceso de] sublimación de Hiroshima y la Segunda Guerra Mundial en los escenarios fantásticos del manga y el anime (...) encontramos memorias y miedos, no traducidos en expresiones políticas legítimas sino más bien en delirios apocalípticos─monstruos, alienígenas y guerras sobrenaturales─en los que Tokio se ve achicharrada para que luego los invasores sean repelidos y cosa así. Éstos representan "encarnaciones de furia deformada". La "resistencia" es básicamente pasivo-agresiva, lo cual no es demasiado efectivo; aunque también sugiere otra razón por la cual la cultura mainstream quiere mantener las distancias con la cultura otaku. Cuando Arthur Lubow entrevistó a Murakami [éste] le dijo que «la cultura otaku es la realidad tullida. Los japoneses tenemos que darnos cuenta de que estamos tullidos, pero no queremos hacerlo». El miedo y la rabia, sugiere Lubow, «yace justo bajo la superficie de la cultura kawaii», pero la represión de la realidad está aún así presente, una «castración de la realidad».
Y continúa:
Y sin embargo, me parece que todo este material es un tipo de terapia, una forma de trabajar sobre temas de fondo. Por supuesto, para la generación más joven, estas imágenes pueden ser de hecho castrantes, no tener relación con la historia o con la guerra y ser simplemente "entretenimiento". Pero no puedo creer que esto sea así para todos los japoneses, porque estas "encarnaciones de furia deformada" no son exactamente neutrales. Son alarmantes y viscerales, por lo que la cultura mainstream prefiere no mirarlas con demasiado detenimiento. Pero ahí están los postulados de la cultura otaku, y quizás contengan mayor resitencia de la que concedo a dicha subcultura.
Para mí la forma en que deja la argumentación abierta honra a Berman, dado que la entropía de un sistema abierto puede equilibrarse con la neguentropía: でてこい とびきりZENKAIパワー!
Pero en honor a la verdad, si existe algo más profundo sucediendo soterradamente he de decir que lo desconozco por completo, y mucho menos me siento capaz de escribir un manual para hikikomoris. He transcrito en este ensayo algunas notas que he ido tomando a lo largo de los años con el fin de explicar dos eventos sucedidos en mi vida.
El primero tiene que ver con unos tebeos que dibujé durante mi juventud, y que representaban estados alterados de consciencia que acabé viviendo unos años después. El segundo evento sucedió tras uno de estos estados de trance, momento en el que escuché una voz en mi cabeza que me gritaba «¡Haz lo de Japón!». Un poco como cuando─¡salvando las distancias!─Rilke escuchó en su cabeza aquello de «¿Quién, si yo gritase, me oiría desde los coros de los ángeles?» y escribió las "Elegías de Duino". Por mi parte desconozco a día de hoy que quería decirme aquella voz: hasta donde sé podría estar aludiendo a cualquier cosa relacionada con Japón que yo ya haya hecho─como cuando me comí aquel delicioso takoyaki al lado de la Taito Station de Akihabara─aunque intuyo que el momento aún no ha llegado.
Una vez estuve en un ritual de ayahuasca en donde enmedio del trance con la sustancia me vi a mí mismo y al resto de participantes como accesorios de los objetos situados en la habitación ceremonial de acuerdo a los preceptos de esta tradición en particular. El peso de la existencia recaía sobre estos objetos y los seres humanos, más que como agentes del ritual, cumplían la función de meros transportistas y facilitadores de la conversación que estos objetos estaban teniendo entre ellos: una conversación, una canción, que parecía incluir a algunos moradores invisibles que aparecían en el ritual, atraídos por sus signos y señales del mismo modo que la fragancia de una flor atrae a pájaros e insectos para llevar a cabo la polinización.
Con esto quiero decir que: si observo el fenómeno otaku desde esta perspectiva─dejando de lado mis ideas preconcebidas acerca de como han de suceder o no los movimientos de resistencia políticos─, puedo intuir que la energía psíquica de dicha escena, cooptada o no por las hechizos de marketing de las corporaciones, podría en algún momento tomar vida propia.
En cuanto a mí: fui dos semanas a Japón en 2017 y me temo que llego tarde para el sueño otaku de vivir allá: tengo demasiados años a mis espaldas para acceder al visado de working holiday. No creo que me dieran empleo allá y de todos modos desde hace un par de años estoy atado a una hipoteca en España.
Aún me pregunto sobre lo de "hacer lo de Japón". Supongo que al escribir este caótico ensayo tengo la esperanza de que los taquiones hagan su trabajo y conecten con algún nexo-TAO que me ayude.
うろうろ ¿Donde está mi senpai? たつけてーー
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Glosario
でてこい とびきりZENKAIパワー![detekoitobikirizenkaipawaa] = en el anime "Bola de Dragón Z" es el primer tema de cierre y se puede traducir como «¡Sal de ahí, increíble poder ZENKAI!».
entry-plug = en el manga y el anime "Neon Genesis Evangelion" es una cápsula cilíndrica con extremos de acabado redondeado que contiene la cabina de pilotaje del Evangelion. El piloto es introducido en la cabina a través de una escotilla y debe tener la capacidad de "sincronizarse" con su EVA para poder controlarlo.
genki-dama = en el manga y el anime "Bola de Dragón" es una técnica de combate de naturaleza ofensiva que requiere una parte de la energía de todas las criaturas vivientes de un planeta en específico o de un sistema solar para que una vez se junten dichas energías en una bola de tamaño variable, pueda ser lanzada en un único y devastador ataque.
«God's in his heaven. All's right with the world» = lema de la organización NERV. Extraído del poema Pippa Passes de Robert Browning.
ぐーたら [guutara] = onomatopeya japonesa que expresa impotencia.
イライラ [iraira] = onomatopeya japonesa que expresa enfado.
Kaio-ken: en el manga y el anime "Bola de Dragón" es una técnica potenciadora que brinda al usuario un aumento multiplicador de poder, así como la fuerza, velocidad, resistencia y uso de los sentidos, cuyo potenciador puede aumentarse según la capacidad física del usuario y manejarse de manera temporal por el período que quiera o pueda el que la utilice.
mahō shōnen & shōjo = géneros de la cultura popular japonesa protagonizados por chicos (shōnen) y chicas (shōjo) jóvenes con habilidades mágicas (mahō).
mechas = robots gigantes típicamente humanoides de la ciencia ficción japonesa.
ね [ne] = partícula fática p.ej: ¿eh?.
にゃ [nya] = onomatopeya japonesa que expresa maullido ("miau").
NERV: en el manga y el anime "Neon Genesis Evangelion" es una organización paramilitar. La versión oficial dice que NERV es una organización privada bajo la supervisión directa de la ONU, con una autoridad limitada sobre la administración local y, en cierta medida, sobre las fuerzas militares de las Naciones Unidas. Sin embargo, en realidad NERV es esencialmente independiente durante el desarrollo de sus operaciones.
ぴえん [pien] = onomatopeya japonesa que expresa llanto ("bua").
SELEE = en el manga y el anime "Neon Genesis Evangelion" es una organización sombría y misteriosa que mantiene una cábala de poder global, y es el respaldo secreto de GEHIRN y NERV. Los miembros del comité de SEELE son los verdaderos titiriteros detrás de las Naciones Unidas.
Segundo Impacto = en el manga y el anime "Neon Genesis Evangelion" es un cataclismo global que tuvo lugar el 13 de septiembre del año 2000, cuando se produjo una explosión masiva en la Antártida que derritió el casquete polar e incluso alteró el eje terrestre. La explosión generó tsunamis de gran magnitud que fueron seguidos por un drástico aumento en el nivel del mar. Además, desencadenó un cambio catastrófico en los patrones climáticos a escala global.
たつけてーー = "¡ayuda!".
Tokyo-3 = en el manga y el anime "Neon Genesis Evangelion" ciudad fortaleza bajo la cual se ubica la sede principal de NERV, y sirve como bastión contra los ataques de los Ángeles. Está situada entre Hakone y Sengokubara, al norte del lago Ashi.
うへっ[uee] = onomatopeya japonesa que expresa descuido o equivocación ("ups").
うろうろ [urouro] = onomatopeya japonesa que expresa deambulación sin rumbo fijo.